Había una vez, en un reino distante, un molinero y su única hija, quien era de una belleza sin igual. Vivían en la humildad, y su riqueza residía únicamente en el amor que se tenían. Un día, el rey citó al molinero, reclamándole impuestos atrasados. Desesperado por impresionar al monarca y sin un centavo a su nombre, el molinero inventó una historia increíble: «Mi hija posee el don de tejer oro puro a partir de paja», afirmó.§
La Hilandera
